jueves, 4 de octubre de 2007

El lodo de los días.





Enfilando la razón como una espada
me abriste el corazón cuando me hablaste
la luz de mi ilusión quedó cegada
mi barco a la deriva, ya sin lastre.

Ni siquiera mi nombre, tu cabeza guardaba,
aunque mientras crecía, la espiral de mi anhelo,
sin pensar que era suelo, solo lo que pisaba,
cada noche subía, escalones al cielo.

Pero ahora todo está, atado y aclarado
sin atisbo a esperanza, ni pasaje al deseo,
racional y medido, sin llevarnos a engaño.

Mi Babel de pasión, triste se ha derrumbado,
ya no duermo en tus ojos, ni la luz de ellos veo,
y el lodo de los días, va enterrando peldaños.



Aprendiz de primavera. Mi vida por tí.
Foto:Giant steps II.Thomas Ilhardt

2 comentarios:

  1. Al menos ese consuelo nos queda: el tiempo irá cerrando heridas.

    Precioso soneto!

    ResponderEliminar
  2. Gracias ingelmo, tu que también haces poesia, sabrás que cuesta un poco cuadrar todas las rimas, pero lo que mas cuesta es plasmar el sentimiento, vestir con palabras la idea, esa es la grandeza de la poesia y la satisfacción para los que, como yo, la cultivamos humildemente.
    un abrazo.

    ResponderEliminar