miércoles, 24 de octubre de 2007

La Difunta Correa






Cuenta la leyenda, que cuando su marido fue tomado prisionero en medio de los conflictos entre unitarios y federales, Deolinda Correa ,con su pequeño hijo en brazos, salió a buscarlo bajo el sofocante sol del desierto llamado : "la travesía sanjuanina" .
Pero la sed y el cansancio acabaron con su buena voluntad y murió en las cercanías de Caucete.
En el momento de morir, se dice que invocó a Dios para que salvara a su pequeño hijo.

Y el milagro se produjo.
Tres días después, unos arrieros atraídos por el llanto de un niño descubren el cadáver de Deolinda y al pequeño alimentándose de los pechos milagrosamente vivos. Los hombres le dieron sepultura y se llevaron al niño.
Años más tarde, otros arrieros que estaban buscando infructuosamente unos animales perdidos, al ver la tumba imploraron su ayuda y la Difunta respondió al pedido. Así comienza un culto que lleva casi 160 años y que continúa creciendo.

La devoción de la Difunta Correa es la de una santa popular, pero no está reconocida como tal por la Iglesia Católica.
Se extiende por Argentina, Chile y mas recientemente por Uruguay.
El Santuario se empezó a configurar en 1940 en la Provincia de San Juan (Argentina)concretamente en Vallecito, donde se partió de una cruz en un cerro y ahora cuenta con 17 capillas para ofrendas.


Los dias mas señalados de celebraciones son la Semana Santa y el dia de las Animas.


Curiosa historia que nos recuerda otras de superviviencia por amantamiento ajeno, como la de Rómulo y Remo y la loba, o todas las nodrizas que sacaron adelante tantos debiles infantes destinados a la corona.



Esta es la página oficial del sitio.
De la tradición, surje tambien un grupo musical, os dejo el interesante video con las imagenes del culto, rodado en el mismo Santuario.





Se les apareció ahí nomás
de cuerpo entero
mirada clavada en el desierto
caída como pudo en el instante
se le acabó el coraje
y se agarró al hijo con la teta
ese poquito de vida
ofrecido a los troperos que
la encontraron ya difunta

No virgen avizorada
en penumbras imprecisas
repetición de un mismo ritual
que perpetúe el misterio de la cópula
celeste entre espíritu y la carne

A pleno sol de cuerpo entero
desgarrada de sed Zonda salitre
con nombre y apellido
penetró la tierra persiguiendo el aroma
de la lluvia en los amaneceres

Toda es una miríada de poros
un ronquido anhelante
en el deslumbre de los mediodías
las gentes acuden puntuales
con puñados de agua
que la Difuntita se alegre
que la Difuntita me cumpla
que no se detenga
el ciclo dador de la vida.

EN UN LUGAR DE CUYO NOMBRE NO QUIERO OLVIDARME.IV.
Francisco S.Lopez Romito.







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