Desprecio y Rechazo.

Es cierto, que la fotografía no siempre muestra el lado hermoso o idealizado de las cosas.
En algunas ocasiones, se hace hostil y casi producen en nosotros el desprecio y el rechazo, con solo detener nuestra mirada en la imagen.
Pero la vida no es solo el lado colorido de la flora, o el atardecer del estío o la piel tersa de un bello rostro.
El otro lado de la vida está ahí, y hay artistas como el japonés Manabu Yamanaka, que están dispuestos a mostrarlo y ¿ por qué no ? a exhibirlo.

La obra de Yamanaka se divide en grandes series:

Arakan, que engloba retratos de mendigos, difíciles de conseguir para el objetivo;

Fuhjokan: animales en descomposición.

Dohshi: niños de la calle.

Gyahtei: desnudos de ancianas;

Jyoudo: la parte dura de la colección: quemados, enanos, hidrocefalias, hombres elefante y demás marginales. (de esta última colección he preferido no poner imágenes, si aun asi teneís fuerza para verlo, pues son casos reales, podeis pinchar en el enlace.)

No vais a encontrar bellas mujeres o paisajes difuminados, veréis otra cara de la realidad, terrible e impresionante.

Pero Yamanaka, no lo ve así, es budista y observa la vida a través del lente de sus creencias; entre ellas, la de la reencarnación.
Su mirada sensible ve sólo el lado lejano de la belleza: un cuerpo cuya alma ya ha tomado la decisión de moverse al próximo estado de desarrollo, por eso no busca lo terso del cuerpo, lo proporcionado de sus formas, sino solo la expresión del alma.
Por eso, no ve nada desagradable en un los últimos restos de un animal descompuesto, ni en la deformidad de un enfermo, la envoltura exterior no cuenta.
Asi su cámara, puede retratar la desnudez de una anciana captando la belleza y la dignidad que le acompaña, hasta el final de sus días, lejos de los cánones y las normas convencionales.

El cuerpo es solo un envoltorio, presto a ser enterrado cuando se acerca la hora, solo un embalaje, algo superficial, que da cobijo al espíritu.

Otra forma de ver la belleza porque no siempre todo es como lo vemos, fuera de nuestra percepción, de nuestro modo de ver las cosas, hay otras miradas otras creencias y otras quimeras tan validos o mas, que las nuestras.