lunes, 9 de marzo de 2009

De la incesante lucha por lo imposible...





—Yo soy ardiente, yo soy morena,
yo soy el símbolo de la pasión,
de ansia de goces mi alma está llena.
¿A mí me buscas?
—No es a ti, no.


—Mi frente es pálida, mis trenzas de oro,
puedo brindarte dichas sin fin.
Yo de ternura guardo un tesoro.
¿A mí me llamas?
—No, no es a ti.


—Yo soy un sueño, un imposible,
vano fantasma de niebla y luz.
Soy incorpórea, soy intangible,
no puedo amarte.
—¡Oh ven, ven tú!



Gustavo Adolfo Bécquer.

Oleo: Dante Gabriel Rossetti (1828-1882)




¡Qué bien refleja Bécquer el empecimamiento por los amores imposibles!
¡Y es que no hay nada que haga mas grande a un amor que su irrealidad!

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