martes, 7 de abril de 2009

Feliz Pasión





Me recojo a tierras castellanas.
Parece mentira, pero la urbe, a pesar de su ubicación, no me parece tan meseta como Castilla-León, cuestión de identidad, supongo o de reivindicación.
La capital se ha convertido en una ciudad tan universal que parece no estar situada en ninguna Comunidad del mapa, en fin, gajes del oficio.

Hoy tras el aluvión de noticias sobre pasos y procesiones tipicas de estas fechas, recordé un profesor que en cuarto de carrera, nos hacia estudiar todo tipo de imagineria barroca española.
Era tan extensa, que nos juntabamos con 20 o 30 tipos diferentes cristos crucificados, por escuelas o épocas, y sus correspondientes "piedades", y sus ecce hommos, o dolorosas.
A veces se hacia casi imposible distinguirlos a todos, con su serio semblante, su tono grave y su boato. Aunque teniamos ciertos trucos, como los pliegues de los paños de pureza o algunas joyas caracteristicas de las Dolorosas que nos daban ciertas pistas para clasificar y definir.

Es de todos conocido, que había dos escuelas que marcaron tendencia, la Castellana y la Andaluza.

Mientras la Castellana mostraba con toda crudeza la Pasión: abundante sangre, rostros expresivos,realismo exagerado, la Andaluza trataba de endulzar la tragedia, suavizando rostros, huyendo de heridas y hematomas y presentando a las dolorosas, vestidas con tonos claros, pelo natural y lágrimas de cristal, casi sin duelo.

El mejor ejemplo siempre lo he visto en la Esperanza Macarena, que curiosamente, los expertos siguen atribuyendo su autoria a una mujer: Luisa Roldan, la Roldana, aun con muchas dudas.




Esto quedaba también definido en los cristos crucificados, mientras los castellanos clavaban a Cristo con tres clavos, con el correspondiente dolor que esto suponia, sobre todo en las extremidades inferiores, el andaluz, hace mas llevadero el suplicio con su iconografia de cuatro clavos.Su mas bella representación aunque esta vez pictórica, es el Cristo del Velázquez.


Gregorio Fernandez.


Cristo de Velazquez.




El rey absoluto de la escuela castellana fue Gregorio Fernandez.Sus modelos iconográficos sirvieron para todos los demas escultores de la epoca: el Cristo yacente, atado a una columna o ya muerto.
De gran dramatismo y magníficos estudios anatómicos.




Completamos la iconografia con La Piedad o el descendimiento de la Cruz con su correspondiente cortejo, temas también muy utilizados.





En la andaluza, la lista de maestros se incrementa: Juan Martínez Montañés(1568-1649), Alonso Cano (1601-1667) y Pedro de Mena (1628-1688).

La Magdalena de Pedro de Mena.



De el primero me quedo por su dulcificación de cristos y vírgenes, sobre todo, la famosa "Cieguecita" Inmaculada de la catedral de Sevilla, llena de dulzura e ingenuidad, tan lejos de las dolorosas castellanas.



Injusta seria si no recordara también la figura del murciano Francisco Salzillo (1707-83) gran creador de numerosos pasos de Semana Santa.

El beso de Judas.



Cada pueblo o ciudad de España seguro que tiene sus pasos ya preparados, que esta semana volverán a ver la luz, entre la religiosidad y el pupulismo turístico.

Donde quiera que paséis estos días, son un buen momento para la reflexión que casi nos la da este pequeño repaso que hemos hecho a la imagineria barroca.
Sin duda, ante un mismo hecho, me quedo con la idealización, si se puede prescindir de la sangre: mejor y si la carga se lleva mejor con cuatro clavos que con tres ¡ pongamos cuatro!.

Puede ser una buena moralina: intentar ver el lado amable de los devenires de la vida.

Sed Felices, pasionales y positivos.

Os espero a la vuelta.





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