viernes, 8 de enero de 2010

De caderas para abajo...



Corría la segunda mitad de los años 50, cuando unos cuantos ciudadanos con vocación de salvadores, crearon un comité para la defensa de la juventud enloquecida por el movimiento de caderas y pelvis de un jovén Elvis que vibraba en el escenario.
Prohibieron su baile y en TV, la cámara solo ofrecía actuaciones de medio cuerpo hacia arriba, como marcaba la censura protectora de mentes y pensamientos.

Hoy hubiera cumplido 75 años, aunque alugnos afirman que nunca murió:

Muchas son las leyendas sobre la muerte de Elvis, pero la que mas impresiona, es la que asegura que dos horas después de su muerte, un hombre llamado John Burrows sacó un billete de avión con dirección a Argentina.
Este hombre era muy parecido a Elvis y lo más sorprendente es que el nombre con el que firmó era el seudónimo muchas veces utilizado por El rey. Años después Burrows, con el nombre artístico de Orion, comenzó a cantar imitando a Elvis y sus espectáculos eran muy parecidos, pero llevaba un antifaz que le cubría parte de la cara, con lo que se empezó a especular que este hombre en verdad era Presley.

También se dice que pudo estar implicado como testigo protegido del Gobierno americano. Quizá leyenda alimentada a raiz de su viaje a la Casa Blanca para conocer a Nixon.



Otro hecho, es que la familia de Elvis no haya cobrado aún el millonario seguro de vida, ya que EE. UU. no es delito fingir la propia muerte de una persona, pero sí lo es fingirla y cobrar el seguro.

Rozando el sentimentalismo o la casualidad, también nos queda el dato de que Elvis deseaba ser enterrado junto a su madre, en el Jardín de la Meditación de su mansión de Graceland, pero su tumba no la pusieron a su lado como era su voluntad...


Elvis continua vivo, en sus canciones, en sus imágenes, en sus fetiches...




Os dejo estas magníficas diez razones para amar a Elvis.

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