jueves, 4 de agosto de 2011

Capitán de desidias




Me alejaré del buque que se hunde.
Será duro observar, como se pierde.
hice en el mi morada y mi futuro
ignorando su rumbo a la deriva.

Veré como se achica en lo lejano,
desde mi pobre bote salvavidas
no llevaré equipaje, ni recuerdos,
prefiero que el océano los trague.

El rumor de las gentes y la vida,
harán que ya no oiga,
la voz que iba y venia susurrante
y nunca se quedaba.

Y nunca se quedaba y me mecía
en una singladura sin timones,
sin carta, sin agujas, sin medida
cual suicida Titanic...

Me alejaré del buque que se hunde,
sin planes ni proyectos,
dejaré que me arrastre la corriente
lo mas lejos posible.

No volveré la vista ni un instante,
no vaya a arrepentirme
mejor que se lo trague la corriente
del mar que se hizo triste.

Se llevó mi sonrisa y mi esperanza
sus olas de mentiras
ahogándome en tormentas truculentas
capitán de desidias.

¡Que me lleve la brisa de la tarde
a orillas de canela!
¡Que se aleje ese buque para siempre
y en la noche se pierda.!

Aprendiz de primavera. (Agosto 2011)

Oleo Albert Lynch

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