martes, 19 de noviembre de 2013

Diez Años.




La única condición era que no fuera una muerte larga, sino algo rápido y placentero, dormir y no volver a despertar.

Fue el ultimo acuerdo ultimado frente a una taza de te y una tostada, una fria tarde de noviembre, en un céntrico café de la capital.

Ella estaba fascinada ante su acompañante, le tenia frente a ella, vestido completamente de negro, de imagen pulcra y atractiva que le recordaba al Al Pacino de los mejores tiempos, incluso a Robert de Niro. Nunca imaginó que fuera así.

Movía su cucharilla realizando círculos perfectos en su taza de te semiacabada y la miraba con una media sonrisilla inmortal y nada humana.


Lo había pensado mucho, hasta llegar allí.La vida no tenia sentido sin él.

Es cierto que le llevaba casi veinte años, que ambos estaban casados, que tenían familias con las que convivían y que esa doble vida les iba uniendo y enredando mas cada día.

Pero ella lo amaba hasta la muerte, no podía dejar pasar mas tiempo, el pasaba los 60, ella no quería vivir mas años sino era junto a él.

Estaba dispuesta a dejarlo todo, el era mas reacio por su edad, su bagaje, su familia...pero era consciente que hay fuerzas superiores que podían hacerle cambiar de opinión, convencerlo de que su vida, estaba con ella.

Hasta que todo cambio aquella mañana.

Recordó Fausto, y Dorian Gray, todos tenían motivos para cambiar su vida por algo, para ella ese algo era él.

Era perfecto, vivir diez largos años juntos, lejos, justo diez años, en los que aun pudieran disfrutar alejados de todas las trabas que se lo impedían.

En otro lugar, pero juntos, una nueva vida, con fecha de caducidad: diez años.

Era su único motivo de vivir, y cumpliría el trato.

Después de ese tiempo, el contratante podría disponer de su vida y de su alma,

Y quien seria el contratante? el único negociador que esta dispuesto a hacer esos tipos de acuerdos: Mefistófeles.

Fue por su firme convencimiento, que a las pocas horas de pensar en que el hecho pudiera ser factible, un sms de un número oculto la citaba por la tarde en el céntrico café.

Y allí estaba con él, cerrando el pacto, tomando ese último té como alma libre.

Cuando saliera por la puerta, su vida estaría hipotecada, con un maravilloso plazo de diez años que pensaba vivir intensamente junto a su amante. 




miércoles, 13 de noviembre de 2013

El poeta pobre



De siempre es sabido que escribir o componer no convierten a uno en rico.
Puede que alguna vez se conjugue la suerte y la buena promoción y de un anónimo principiante salga un best-seller de esos que sirven de sillares en las enormes pirámides de libros de las grandes superficies.
Pero casi nunca es asi.
El  escritor, y muy en especial el poeta lleva su vida unida a la pobreza.
Pobreza, porque su afán por escribir lo deja inútil para cualquier otra ocupación remunerada.
Pobreza, porque no hay nada mas importante, ni mas vital que seguir rellenando folios y emborronando papeles en blanco hasta conseguir expresar el sentimiento que le acongoja.
Porque solo se escribe en los dos estados máximos de amor o desamor, de plena felicidad o total sufrimiento.
Porque el poeta no surge de la cotidiana rutina gris y la insignificancia del paso de los días.
Sin amor no hay poema, sin desamor, tampoco, ruina , amor, penalidades del cuerpo y del alma.

Carl Spitzweb refleja en este oleo en The Poor Poet el día a día del poeta.
Un cuarto donde se duerme se asea se escribe y se come.
Los libros se convierten en improvisado mobiliario; un tendedero convive con un paraguas que cubre una gotera. 
Ni siquiera un armario alberga la ropa y el calzado que se esparce por el cuartucho aleatoriamente.
Pero él es feliz, enciende un cigarrillo y espera reflejar lo que siente en una cuartilla, con sus rodillas de atril.

¡Qué más dá la pobreza!


Mientras se sienta que se ríe el alma, 
sin que los labios rían; 
mientras se llore, sin que el llanto acuda 
a nublar la pupila; 
mientras el corazón y la cabeza 
batallando prosigan, 
mientras haya esperanzas y recuerdos, 
¡habrá poesía!


Alexandre Cabanel. El poeta hablando con su musa.

sábado, 2 de noviembre de 2013

La alegria de la muerte.



Estos días de celebraciones, no sé cual me da mas pereza, si la tradición de ir a los cementerios cuando durante el resto del año, no se aparece, o la importada festividad de calabazas, trucos tratos y otras costumbres que siento tan lejanos...
Y en medio de todo:  Mexico, en medio: la alegria de la muerte.

El día de los muertos en Mexico no es un drama, es una fiesta.
Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México son anteriores a la llegada de los españoles.
Los rituales que celebran la vida de los ancestros se realizan en estas civilizaciones desde hace tres mil años.

¿Cómo se celebra este día?

La visita de las almas:
Es el primero de noviembre cuando se creé que las almas de los niños regresan de visita.
Los adultos, visitan el día dos.
Es necesario tener preparado todo para la visita, con alegria, con entusiasmo por eso se elaboran altares en las tumbas o en las casas si es imposible por lejania acudir al sepulcro.






Las flores.
El colorido es el protagonista, nada de tristezas, ni especies lánguidas, rosas, girasoles y sobre todo la Flor de cempasúchil o de cuatrocientos pétalos.Su luz guia el camino de vuelta a casa a las almas.



Papel picado. que es una artesanía mexicana que se elabora con papel de china recortado con figuras de esqueletos y calaveritas.



Las ofrendas
Comprenden desde platillos de comida siempre la preferida por el difunto: agua, tequila, mezcal, cigarros y a los niños juguetes.
Calaveras de dulce con el nombre del difunto o pan de muerto con distintas formas y colores otros de los llamativos complementos de este ritual.



Todo esto se coloca junto al retrato de los difuntos rodeados de velas.

Antiguamente, estas festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la "Dama de la Muerte" actua lmente relacionada con "la Catrina".

La Catrina o La Calavera Garbancera,es una figura creada por José Guadalupe Posada y rebautizada por el muralista Diego Rivera.





Comezó siendo una satírica burla a las personas que vendían garbanza y que teniendo sangre indígena pretendían ser europeos.
Asi se la representó con un ostentoso sombrero de flores, como una calavera, simbolo de los que querían aparentar lo que no eran ni tenían.

Con el tiempo, la imagen de la Catrina se ha convirtiendo en la imagen mexicana por excelencia sobre la muerte, es cada vez más común verla plasmada como parte de celebraciones de día de muertos a lo largo de todo el país, incluso ha traspasado la imagen bidimensional y se ha convertido en motivo para la creación de artesanías.

Hoy me ha encantado la alegria con la que Mexico recuerda a sus muertos, sin miedo, sin drama, junto a ellos bebiendo, cantando, junto a sus espíritu.

Y me he transformado en una Catrina improvisada, que con su personalidad traviesa, ocurrente, simpàtica y coqueta nos invita a vivir con plenitud cada momento y nos recuerda que la vida es aquí, ahora y eternamente.







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