Abrazada a una almohada, os da las buenas noches una de las imágenes del fotógrafo Irving Penn. Su medio, era sin duda alguna el blanco y negro, su objetivo: los famosos, pero también los personajes anónimos.
Supo sacar de cada retrato un alma con personalidad propia, una increíble gama de grises y matices.
Aun fotógrafo de moda, convirtió cada uno de sus trabajos, en retratos, dando vida al maniquí frente a la indumentaria que ofertaba.
Nos ha dejado con 92 años y el gran legado de su obra para contemplar.
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