domingo, 19 de agosto de 2012

rumor de tus senos...



¿Cómo a mí te entregaste, luz morena?
¿Por qué me diste llenos
de amor tu sexo de azucena
y el rumor de tus senos?

76 años sin Federico Garcia Lorca.




jueves, 16 de agosto de 2012

Esa hembra es mala





Esa hembra es mala,
Esa hembra hace daño,
Esa hembra no quiere
Esa Hembra te miente,
Esa hembra es mala,
Trae veneno en los labios,
Su caricia es insulto,
para tú corazon.



 

miércoles, 15 de agosto de 2012

Puertas al mar




Ella lo sabía, lo intuia.
Hace tiempo que andaba inquieto, siempre pendiente de su movil.
Se cuidaba mas y amenudo, le descubría mirándose frente al espejo.
Otras veces, le encontraba con la mirada pérdida, exhausto buscando algo en el monte, o en el cielo.

Ese verano ella pensó que tenía que acabar con todas sus sospechas, y sobre todo matar la ocasión de posibles encuentros.
Instalados en el refugio vacacional, (y que tantas veces sirvió de encuentros clandestinos para él) planeó una estrategia, cambió fechas, invitó a familiares...todo estaba estudiado para no dejarle ni un  momento solo.

¡Pobre pájaro enjaulado!
No le dejó ni un resquicio para escapar...

Así iban agonizando sus posibilidades de desfogar sus ansias, el deseo, las ganas...

Su amante observó todo desde lo alto, no esperaba nada, bien sabía que no había nada que esperar.
Siquierá sentía dolor o inquietud pues nunca se puede perder lo que nunca se ha tenido.

Una nubladisima mañana de agosto, el destino los unió en el largo paseo de los chopos.
Se saludaron de manera procotolaria.
Ella rió ante sus torpes excusas, ya se las sabía todas.
El no podía apartar los ojos de su escote, dorado y voluptuoso.
Ella volvió a sonreir entre la melancolía y la resignación, en lo mas intimo le daba pena su cobardia.

Pájaro con las alas cortadas, eso era, Txoria txori.

Lo que no sabía la legitima es que apesar de todos sus empeños, él volvería a buscarla, porque la necesitaba como savia nueva, para renovar su vida.

-No se pueden poner puertas al mar-

Aprendiz de Primavera.
Foto: Mariaje. Faro de Santa Catalina, Lekeitio,Bizkaia.2012






sábado, 4 de agosto de 2012

Lamiñaku y el cantero.


Hace mucho tiempo vivía un cantero en un pueblecito de Zuberoa llamado Zuraide, cerca de Ezpeleta.

A pesar de que su trabajo era muy apreciado y necesario, el cantero no estaba satisfecho porque, según él, tenía un oficio muy duro y fatigoso. En aquella época había muchos lamiñaku en Euskal Herria, y uno de ellos escuchó las quejas el hombre y se presentó ante él.

—¿Qué es lo que té pasa? —le preguntó—. ¿No estás contento? —Pues, verás —respondió él—, esto de picar la piedra cansa mucho y apenas ganó para vivir bien. ¡Ojalá fuera yo rico! —Si eso es lo que deseas —dijo el lamiñaku—, eso serás.
Y le hizo rico.
Al principio, el cantero creyó soñar, pero enseguida se acostumbró. Siempre es fácil acostumbrarse a lo bueno. Tener dinero, una hermosa casa, criados... era muy agradable. Pero, al cabo de algún tiempo, se cansó de su nueva posición. —Ahora soy rico, sí—pensó el cantero—, pero no soy poderoso.
El lamiñaku se le apareció de nuevo. —Y ahora, ¿por qué te quejas? —le preguntó. —Bueno..., verás... Soy rico, y eso está bien —respondió el hombre—, pero me gustaría ser más poderoso. ¡Ojalá fuera yo emperador!
Y el lamiñaku lo hizo emperador.
El cantero estaba feliz, ¡era emperador! Tenía todo lo que quería, y todo el mundo obedecía sus órdenes. Llegó el verano, y aquél fue un verano muy caluroso.
El cantero no podía encontrar ningún rincón fresquito en su palacio. —Verdaderamente —se dijo—, si el sol puede molestar al emperador es porque el sol es más poderoso. ¡Ojalá fuera yo sol!
El lamiñaku, que estaba cerca, escuchó su deseo y lo hizo sol.

El cantero empezó a disfrutar siendo sol cuando, en esto, una nubécula se colocó delante de él y lo ocultó.
El hombre-rico-emperador-sol pensó que si una nubécula podía taparle era porque la nubécula era más poderosa que el sol, y deseó ser nube.
lamiñaku lo hizo nube. Al cantero le agradó su nueva posición. Ser nube era muy divertido: podía deslizarse por el cielo, lanzar rayos y lluvia sobre la tierra y mojar a todo el mundo.

En eso, se fijó en una gran roca que, impasible, aguantaba el chaparrón. Pensó que la roca era más poderosa que la nube, y deseó ser roca.
El laminaku lo hizo roca. Pero, al poco tiempo de ser roca, sintió que le daban unos grandes martillazos, rompiéndole en mil pedazos, y gritó: —El cantero es el más poderoso, puesto que rompe la piedra en pedazos. ¡Ojalá fuera yo cantero!

El lamiñaku lo hizo cantero de nuevo. —Tienes una cosa y quieres otra —le dijo—.
Ya lo ves, ¡estás igual que al comienzo! Mejor será que, de ahora en adelante, seamos cada uno lo que somos: tú, cantero, y yo, lamiñaku.
El lamiñaku desapareció para no volver, pero el cantero tampoco lo echó en falta, y nunca más volvió a quejarse de su suerte.

Leyendas de Euskalerria. Toti Martinéz de Lezea.