Era como haber subido al cielo.
Yo no tenía frío.
Reíamos juntos escandalósamente.
Tiraste del edredón sin funda,
para cubrirnos,
comó si así no fuese a oler a nuestros cuerpos!
(siempre tan ingenuo)
Sentí el calor de tu piel desnuda,
ardías sobre mí
bajo ese iglú de plumas que nos envolvía
Qué dulce muerte haber muerto así!
sin mas mortaja que tu cuerpo sobre el mio!
Aprendiz de primavera.