Se puso otro Bacardi con cocacola.
La noche había caído, un aire semihelado le dejaba los brazos fríos.
No podía casi abrir los ojos, a veces uno se siente así, embriagado de amor.
Sonaba Chavela al fondo, amanecí en tus brazos, hoy las otras rancheras de revancha no tenían sentido, hoy solo las de total entrega tenían vigencia.
Recordó su rostro entregado como nunca, con los ojos cerrados, sin hablar.
A veces se habla con el silencio, con el suspiro y con el latido del corazón.
A veces, no hay palabras¸las palabras solo son silabas unidas, repetidas por miles de bocas, en miles de ocasiones
Las palabras son como las plantillas del móvil...se usan estandarizadas, sin personalidad.
Pero el beso es único, ese que recorre de la frente al tobillo.
La caricia es única, la que se escurre por la epidermis, a veces tan profunda que llega a la médula.
El gemido, el ritmo acompasado del respirar es irrepetible, el calor del roce de las pieles, compartido y trabajado, como se curte una piel.
Todo lo que no se dice con palabras…
Todo eso se lo contó a la luna, copa en mano, Chavela cantando a su oido…
Pensó no volver a lamentare nunca mas.
La vida es una sucesión de hechos, imprevisibles, improgramables...de sueños cumplidos, de anhelos alcanzados.
Algunos no llegan nunca a conseguirlos…
Otros los beben y los rumian con la felicidad etérea de haberlos vividos…
¿Para qué más?...
Yo me volví a meter entre tus brazos
Tú me querias decir no sé que cosa
Pero callé tu boca con mis besos
Y asi pasaron muchas, muchas horas.
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