Hoy era de esos días nublados de agosto, nublados pero bochornosos en estas tierras castellanas donde apuro los últimos dias de vacaciones.
No me apetecia nada bajar al pueblo y en un ataque, mas de inconsciencia que de valentia, decidí hacer yo misma el pan nuestro de cada día.
Tenía algo de levadura fresca que me vendió la panadera para hacer masa de pizza y me lancé a la apasionante aventura de hacer pan.
El milagro se hizó y no solo el aroma perfumó toda mi cocina, sino que también me trajo recuerdos y sensaciones ligadas a este alimento básico de la Humanidad.
Amasaba, y veía la harina esparcida por toda la encimera, el bochorno era insoportable y recordé la misma mesa y la misma masa que Jessica Lange lanza de un manotazo al suelo para demostrar que preferia embadurnarse con Jack Nicholson que esperar que levara la masa madre.
Apasionante volver a verla.
El último paso era probarlo, el aspecto era estupendo pero habia que probarlo!... probar, probar me recordó a Angel Gonzalez.
Ese poema que refleja. el amor en el estado mas puro...querer crear para probar, pero para probar con la boca:
Si yo fuera Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso;
Besos de pan tibio sobre tarimas de harina... obras que se hacen siempre un día por primera vez, con la intención de repetirlas muchas veces mas.
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