Me dejaste varada...
después de tanta revuelta en tu marea,
seca y e inmovil,
como queda una barca en un museo.
Me dejaste clavada
mis pies se hundieron en la playa maldita,
condenada y perdida,
en el duro desierto de tu olvido.
Me dejaste anulada
bajo mis pies el agua evaporada,
resignada y dormida,
cambiaste el mar por barro y lodo ciego.
Aprendiz de primavera.
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