martes, 27 de mayo de 2008

La pasiflora y el amante distante.




De entre todas las flores, la pasiflora necesitaba unas condiciones propicias para abrirse: el clima necesario, el calor justo de los rayos de sol, la luz tamizada precisa y el nivel de humedad exacto que permitiera mostrar la magia de sus estambres, su corona de la pasión.

No vivía como cualquier flor, no daba su belleza a cualquier mirada.

Podían pasar semanas, sin verse abrir una en todo su esplendor, era exquisita y selectiva.

Aquella mañana, la vió brillar entre otras especies mas vulgares, recordó de inmediato la historia del amante distante.

El amante distante al igual que la flor de pasión, necesitaba su tiempo, su espacio identificado, su margen de movimiento.
Era de suponer, que sin esas características, nunca se abriría al disfrute del amor prometido; era de esperar, que cualquier error por defecto o exceso arruinaría el momento.

Así, era de sublime el amante distante, como la pasiflora.

Dicen que es una planta excelente contra el insomnio y la depresión...¿Pero quien iba a ser capaz de cortar tanta belleza para hacerse una infusión?.

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