sábado, 27 de septiembre de 2008

La carne no palpada.





El se marchó en octubre,
una mañana ciega;
fue cayendo el aroma
de su piel, en olvido;
lo claro de sus ojos,
los nervios contenidos.

El se marchó en octubre,
y con él: sus quimeras.
y hoy el tiempo emborrona
los rasgos de su cara
y la distancia, rompe
fulmina y envenena.

No , no hubo terceros
tan solo la impotencia
la negación, lo absurdo
la carne no palpada,
las dichas no sentidas,
las ansias no colmadas.

Y al fin reflexionó:
No hubo culpables,
verdugos o vencidos
espacios insalvables,
tan solo la dolencia
de un amor no vivido.

Aprendiz de primavera.
Foto: Alone

No hay comentarios:

Publicar un comentario