Muriéndome de sed
el agua de tus labios,
se evaporó una tarde
en un bosque inaudito
¿Fue un sueño o una visión
el tacto de tus dedos…
o de verás pasó
cual regalo bendito?
Como una aparición
rondando voló Eros
amenaza furor
del deseo maldito
y el dulce manantial
del oculto deseo
no permitió beber
a mis labios marchitos
Muriéndome de sed
el agua se hizo fuego
el bosque fue un fantasma
tu recuerdo: infinito.
Aprendiz de primavera
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