miércoles, 30 de agosto de 2006

sed



Muriéndome de sed

el agua de tus labios,

se evaporó una tarde

en un bosque inaudito

¿Fue un sueño o una visión

el tacto de tus dedos…

o de verás pasó

cual regalo bendito?

Como una aparición

rondando voló Eros

amenaza furor

del deseo maldito

y el dulce manantial

del oculto deseo

no permitió beber

a mis labios marchitos

Muriéndome de sed

el agua se hizo fuego

el bosque fue un fantasma

tu recuerdo: infinito.





Aprendiz de primavera

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