¡y siempre igual!
Un cielo gris, un horizonte eterno
y andar... andar.
Moviéndose a compás como una estúpida
máquina el corazón;
la torpe inteligencia del cerebro
dormida en un rincón.
El alma, que ambiciona un paraíso,
buscándole sin fe;
fatiga sin objeto, ola que rueda
ignorando por qué.
Voz que incesante con el mismo tono
canta el mismo cantar,
gota de agua monótona que cae
y cae sin cesar.
Así van deslizándose los días
uno de otros en pos,
hoy lo mismo que ayer... y todos ellos
sin gozo ni dolor.
¡Ay! ¡a veces me acuerdo suspirando
del antiguo sufrir!
¡Amargo es el dolor pero siquiera
padecer es vivir!
G.A.Becquer
'Automata' - Edward Hopper, 1927
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