La muñequita linda de cabellos de oro, de dientes de perla y labios de rubí cada dia es menos muñequita y menos linda.
La realidad transforma las ilusas imágenes que nos acompañan desde niños, en caricaturas fracturadas por el tiempo y el desencanto.
Seguir, sin transpasar la frontera entre lo bello y lo real, no hay otro camino posible.
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