Estos días de celebraciones, no sé cual me da mas pereza, si la tradición de ir a los cementerios cuando durante el resto del año, no se aparece, o la importada festividad de calabazas, trucos tratos y otras costumbres que siento tan lejanos...
Y en medio de todo: Mexico, en medio: la alegria de la muerte.
El día de los muertos en Mexico no es un drama, es una fiesta.
Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México son anteriores a la llegada de los españoles.
Los rituales que celebran la vida de los ancestros se realizan en estas civilizaciones desde hace tres mil años.
¿Cómo se celebra este día?
Es el primero de noviembre cuando se creé que las almas de los niños regresan de visita.
Los adultos, visitan el día dos.
Es necesario tener preparado todo para la visita, con alegria, con entusiasmo por eso se elaboran altares en las tumbas o en las casas si es imposible por lejania acudir al sepulcro.
Las flores.
El colorido es el protagonista, nada de tristezas, ni especies lánguidas, rosas, girasoles y sobre todo la Flor de cempasúchil o de cuatrocientos pétalos.Su luz guia el camino de vuelta a casa a las almas.
Papel picado. que es una artesanía mexicana que se elabora con papel de china recortado con figuras de esqueletos y calaveritas.
Las ofrendas
Comprenden desde platillos de comida siempre la preferida por el difunto: agua, tequila, mezcal, cigarros y a los niños juguetes.
Calaveras de dulce con el nombre del difunto o pan de muerto con distintas formas y colores otros de los llamativos complementos de este ritual.
Todo esto se coloca junto al retrato de los difuntos rodeados de velas.
Antiguamente, estas festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la "Dama de la Muerte" actua lmente relacionada con "la Catrina".
Comezó siendo una satírica burla a las personas que vendían garbanza y que teniendo sangre indígena pretendían ser europeos.
Asi se la representó con un ostentoso sombrero de flores, como una calavera, simbolo de los que querían aparentar lo que no eran ni tenían.
Hoy me ha encantado la alegria con la que Mexico recuerda a sus muertos, sin miedo, sin drama, junto a ellos bebiendo, cantando, junto a sus espíritu.
Y me he transformado en una Catrina improvisada, que con su personalidad traviesa, ocurrente, simpàtica y coqueta nos invita a vivir con plenitud cada momento y nos recuerda que la vida es aquí, ahora y eternamente.
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