Hoy al ver la fecha del calendario sentí una profunda nostalgia, que rozaba la desesperanza.
Desde niña, educada en un colegio salesiano de mi barrio de Madrid, no tenia mayor festejo colegial que el dia grande de Maria Auxiliadora.
Con mi rebeldia adolescente, mi alocada cabeza por los primeros amores y mis ganas de divertirme, aun con todo eso, fui capaz de aprender a tocar la guitarra y entrar en el exclusivo coro del cole.
Dedicabamos mucho a ensayar, pero la fiesta de mayo tenia que ser perfecta!. El cuidado pichi negro, la blusa con chorreras y la capa,cuajada de cintas de colores firmadas por todas las amigas y las mas afortunadas por el chico que las gustaba del cercano colegio del Padre Piquer.
Y llegaba ese 24 de mayo y todo giraba en torno a la fiesta, las canciones, el brillo de los adornos, las miles de flores que adornaban el patio, la capilla, la entrada.
Hoy miro casi 40 años atrás y solo me queda tristeza y añoranza y la completa seguridad de no volver a sentir una ilusion tan blanca, tan pura y tan autentica como la de aquellos 24 de mayo, fiesta grande salesiana.
Debo estar haciendome vieja!... y buscando cobijo en mis mejores recuerdos de la niñez,
Debo estar haciendome vieja!... y buscando cobijo en mis mejores recuerdos de la niñez,
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