jueves, 3 de diciembre de 2009
Olvidando en Sevilla...
Quizás, ya te estarás preguntando,
“¿Qué había sido de mí?
¿Por qué me fui de tu lado así, tan de repente?”
Me fui, harto de dártelo todo y sentir
la falsedad de tus ojos en mí, continuamente.
Quizás, ya estarás recordando,
aquellas cartas de amor,
y aquellos locos abrazos, apasionados.
Ya ves, yo que siempre me hallaba a tus pies;
voy a intentar olvidar el ayer, para enterrarlo.
Para olvidar un amor,
si se ha querido de veras,
se hace tan grande el dolor,
que se acaban las fuerzas,
y no se olvida el amor.
Para olvidar un amor,
si se ha entregado la vida,
duele tanto el corazón;
que hasta el dolor se te olvida,
y no se olvida el amor;
y no se olvida el amor.
De sobra sé que no hay llanto,
ni soledad en tu vida;
y sé también que es mentira,
lo que estás alimentando.
Suigue así, que cuando quieras volver a sentir,
y verás cómo te acuerdas de mí,
y llega el llanto.
Quizás, llegue yo a convertirme,
en un loco solitario,
por la carga ineludible de haber vivido soñando;
Y quizás, si el amor llama a mi puerta,
tendré las manos abiertas para volver a abrazarlo.
Para olvidar un amor,
si se ha querido de veras,
se hace tan grande el dolor,
que se acaban las fuerzas,
y no se olvida el amor.
Para olvidar un amor,
si se ha entregado la vida,
duele tanto el corazón;
que hasta el dolor se te olvida,
y no se olvida el amor;
y no se olvida el amor.
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