Bajo la capa de la capitalidad, el Señor Ruiz Gallardón ha decido que como alcalde de Madrid, debe despachar en un minimalista (que no mínimo) despacho del reinventado Palacio de Telecomunicaciones.
Cambiando así los tapices y maderas nobles de la Casa de Villa, por un look mas parecido a un apartamento en la elitista Manhattan ; (eso si, todo muy minimal).
También cambian las vistas al asomarnos desde las ventanas: de ver a Alvaro de Bazán, eternamente erguido, ahora saluda la Cibeles en carroza.
El alcalde podrá recrearse en la leyenda de los fantasmas de la Casa de América, si desea olvidar, que la antigua Casa de la Villa fué prisión antes que sede municipal.
En cualquier caso, mucho rondan los espíritus en todo lo relacionado con el Ayuntamiento.
Supongo que Don Alberto, no tendrá la suerte del estudiante Cleofás Pérez Zambu que contaba con la ayuda del diablo cojuelo, para sobrevolar la ciudad y enterarse de pillajes y picarescas.
Aunque ahora, hay cámaras en todas partes (en todas menos en su despacho).
Con mas nostálgica satisfacción, leo en un artículo de el País, el emblemático y entrañable paseo de despedida que hace Don Juan Barranco de los recintos de la Villa.
Tiempos como los de Tierno y Barranco, mucho distan del "chirimbolo" y los parquímetros.
Reparto propaganda. Acto Puerta del Sol. 5 Noviembre 2007.
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