Despierto, despierto y un halo baña de luz mi rostro.
La mañana me trae la posibilidad del nuevo día,
pero también tu recuerdo.
Despierto, despierto y al abrir los ojos, veo tu sonrisa,
la misma que un día tuve frente a mi,
cuando gemías a mi pegado.
Con el amanecer, muere otra noche, pero nace otro día,
nace igual que mi esperanza, de levantar los párpados
y encontrarte a mi lado.
Pregúntale al alba, como me encuentra a su llegada:
inerte, hundida en almohadón de sueños,
donde aun siento en mi rostro tu aliento.
Aprendiz de primavera.
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