Navidad 1985-86 en el edificio "B", Geografia e Historia de la Universidad Complutense de Madrid.
Fiesta del Polvorón..cualquier disculpa era buena para conseguir dinero para el viaje "paso del Ecuador".
Nos dejaron el salón de actos, demasiados asientos para llenar, demasiadas ausencias que llorar, demasiados "ducados" fumados,( cuando lo que una fumaba era Camel), demasiados litros de cava.. la gente se liberaba llorando sus penas..los polvorones aparecian pisoteados por las escaleras del recinto...sonaba esta canción "Deseo Carnal", faltaba solo una pieza clave para ser medianamente feliz...una sola presencia, que nunca apareció por la fiesta de Navidad de aquel curso..
Alaska y Dinarama.Deseo Carnal.
Yo por la presente estoy muy bien
Aunque el tiempo es bueno
Ha comenzado a llover
Nuevas amistades en tener
Pero no se si tu querrás volver
Sin querer, he vuelto a beber
Frenesí, deseo carnal
Y quiero besarte
El botones me hace una señal
Dice que me llaman
Te voy a tener que dejar
Un martini mas y marchare
200 millas aun por recorrer
Yo por la presente estoy muy bien
Aunque el tiempo es bueno
Ha comenzado a llover
Nuevas amistades en tener
Pero no se si tu querrás volver
Sin querer, he vuelto a beber
Frenesí, deseo carnal
Y quiero besarte
El botones me hace una señal
Dice que me llaman
Te voy a tener que dejar
Un martini mas y marchare
200 millas aun por recorrer
Bueno, no te preocupes. Si te sirve de consuelo esa "sola presencia que nunca apareció" se lo perdió. No sabe ahora mismo lo que se ha perdido.
ResponderEliminarSaludos.
¿Has pensado en la cantidad de vidas paralelas (perfectamente bien imaginadas, y por eso tan vivas como la que respiras) que vivimos a lo largo de sólo una vida?
ResponderEliminarHaría falta todo un memorial de desagravios para contar todas las ausencias de lo que pudo ser y no fue.
La vida ficción es un género biográfico que nos permite hacer exactamente lo que queremos con quen queremos, como nos parece (también en esa fiesta) y cuando nos apetece.
Nuestra vida es una autopista (en el mejor de los casos, -en el peor, cada cual que se lo asfalte como pueda-) Tenemos todo el derecho del mundo a llenarla de vías de servicio, aunque la mayoría nunca tengan finalmente acceso a la calzada central.
Querido Trilce: una autopista en la que a veces nos quedamos tirados sin gasolina, o estamos tan ciegos que no vemos las señales, o simplemente vamos pasados de revoluciones.
ResponderEliminarNo obstante es muy aceptable tu pensamiento, igual que mi fiesta del polvorón es un episodio que recuerdo cada Navidad, aunque como bien dices solo uno mas de los muchos que hubo...
Yo creo que nos pasa un poco de eso todos los días. Por rizar el rizo de la metáfora, querida MB; lo importante es no bajarse nunca del coche y tener medianamente limpio el parabrisas.
ResponderEliminarUna de pareados:
Lecturas recomendadas para la ocasión: Carreteras secundarias, de Martínez de Pisón
Gracias por el consejo y el libro; lo importante es no perder "los puntos",amigo.
ResponderEliminarTocado y hundido (de nuevo)
ResponderEliminarTe lanzo un nuevo post de barcos hundidos...a ver que se te ocurre...
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