Todos nos proponemos algo para el año que comienza.
Yo quiero recomendar una forma sutil de ejercicio, mas lírico que los abdominales, el pilates o los esfuerzos de gimnasio tras las fiestas.
La danza del Vientre. Magia, movimiento y esencia de una civilización legendaria.
Acompaño la propuesta, con una canción de relax , que bien puede iniciar cualquier danza.
Se trata de un mestizaje entre flamenco-árabe egipcio.
Es tambien para oir con los ojos cerrados, o con el sonido de unos abalorios orientales.
Este tema esta incluido en la recopilación Buddha-Bar II.
Para sumar a tu propuesta: danza oriental en "El marido de la peluquera", la felicidad perfecta ese marido fascinado.
ResponderEliminarNo creas que es una propuesta femenina..
ResponderEliminar¡Tendrias que ver la cantidad de chicos- musculos y aeróbicos (compañeros mios de gimnasio) que se han apuntado alas clases de danza del vientre que empiezan en enero!
Paradoja o snobismo?.
La danza del vientre tambien la pueden bailar los hombre sin perder un apice de masculinidad,hay que romper tabúes.
No tengo yo mi virtual cuerpo comp para pasar fácilmente por una odaslisca, querida MB, gracias en cualquier caso por ese voto de confianza.
ResponderEliminarLa verdad es que es una estética fascinante, y una danza terriblemente sensual la de convertirse en el cuello de una cobra (siempre me han parecido lo mismo)
el Tema oriental y de odaliscas..es muy representado en el arte a partir del Romanticismo.
ResponderEliminarSu exotismo permite plasmar una gran gama de colores muy preciados, en el arte moderno.
Desde
Ingres
Matisse
Botero
Madrazo
Fortuny
Delacroix
y podria seguir..
La esencia del cuaderno de notas de MB multiplicada por seis, tantas como odaliscas regala. Las hay, además, muy inteligentes; se hacen llamar oda listas.
ResponderEliminarClasificación: me quedo con la de Ingres seguida a distancia por Fortuny. Maravillosas todas en cualquier caso.
Me doy un chapuzón en internet con la bombona bien llena de oxígeno - imaginación para que dure la inmersión. (Siento el pareado, no me gustan). Me temo que tengo menos suerte ¿llamo así al talento? localizando odaliscas que tú.
Menos estéticas ahora agrego dos mas excesivas:
ResponderEliminar-La gran Odalisca, entre ese claroscuro: la de Rembrandt
- y la voluptuosa francesita de Boucher.(Autor bastante obsesionado por" las espaldas " femeninas.)
En todas ellas, veo la licencia, la justificación del pintor para tratar el desnudo femenino.
Una disculpa para mostrar una imágen erótica.
Hoy jueves 21 de diciembre he dejado en mi blog a ti y a varios compis bloggeros más una tarea que es consecuencia de una cadena que va rulando por ahí y que me parece interesante. Anímate y súmate a la iniciativa. En resumidas cuentas se trata de que publiques en tu blog tu canción protesta favorita.
ResponderEliminarUn saludito.
De puro sencilla me encanta esta historia de Félix de Azúa:
ResponderEliminarUna odalisca.
La reunión tiene lugar en un pueblecito empinado en la montaña, a unos tres cuartos de hora de Barcelona. Los despeñaderos son respetables; las curvas, muy cerradas. En uno de los torreones, plantado sobre un peñón de roca roja, están las ruinas de una fortaleza donde alguna vez se reunieron Alfonso X y Jaime I.
La anfitriona ha comprado un cuadro de Lawrence Durrell y quiere mostrarlo. Es una bahía con veleros, pintada con buen ritmo a trazos cortos y secos. Pero lo que estamos esperando con impaciencia es la danza del vientre que se nos ha prometido. Todo llega. A media cena aparece una muchacha veinteañera, rubia y ojiclara. Tomamos posiciones mientras ella se viste o desviste en una habitación contigua.
El espectáculo dura media hora. La bailarina es excelente. Ésta es una danza creada para mujeres entradas en carnes. Sin el temblor de los pliegues y dobleces del vientre, de los muslos, de los brazos, sin esa trepidación casi líquida de la piel, pierde mucho. Nuestra bailarina tiene la carne blanca y temblorosa de algunas campesinas belgas. El baile es hermoso.
Una vez concluido, las mujeres opinan que es una danza extremadamente erótica, lo que negábamos todos los varones menos uno. Yo recordé aquel baile de “Gilda” en el que Rita Hayworth sólo se quita un guante, y no es preciso nada más.
Lo que a mi me conmovió fue regresar a esas fiestas infantiles en las que un mago, un malabarista, un prestidigitador, mediante un par de pasos de danza crea un mundo fantástico y los conejos asoman sus orejas por las chisteras.
Aquella bailarina incongruente con los montes y peñascos, con Alfonso X y Jaime I, con el saloncito burgués, gracias a unas lentejuelas, cuatro velos multicolores, sonrisas y temblores carnales magníficos, trajo de la nada a Alí Babá, a Aladino, a los sultanes y los hipogrifos, los serrallos, las cimitarras, la media luna recortada en un cielo de hielo, ante un grupo de adultos boquiabiertos como críos.
Lo publicó en la página para la que escribe en ocasiones. Lo mejor de todo es un comentario, el primero que recoge su texto ese día, lo firma una tal Alejandra, y me encanta el suspense que deja en el aire la conclusión de su sueño:
"Eso también es arte, ¿no?
el baile de la odalisca
pero eso de que tiemblen los pliegues y dobleces
del vientre..
a mí no me gustaría mucho, no
una vez soñé que yo bailaba
para tres señores
después de una cena
No digo más"
Gracias por el relato..me gusta mucho Felix de Azua.
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