martes, 23 de enero de 2007

Paloma negra de los excesos.



En el bulevar de los sueños rotos
vive una dama de poncho rojo,
pelo de plata y carne morena.
Mestiza ardiente de lengua libre,
gata valiente de piel de tigre
con voz de rayo de luna llena.

Por el bulevar de los sueños rotos
pasan de largo los terremotos
y hay un tequila por cada duda.
Cuando
Agustín se sienta al piano
Diego Rivera, lápiz en mano,
dibuja a
Frida Kahlo desnuda.

Se escapó de cárcel de amor,
de un delirio de alcohol,
de mil noches en vela.
Se dejó el corazón en Madrid
¡quien supiera reír
como llora Chavela!

Por el bulevar de los sueños rotos
desconsolados van los devotos
de San Antonio pidiendo besos
Ponme la mano aquí Macorina
rezan tus fieles por las cantinas,
Paloma Negra de los excesos.

Por el bulevar de los sueños rotos
moja una lágrima antiguas fotos
y una canción se burla del miedo.
Las amarguras no son amargas
cuando las canta
Chavela Vargas
y las escribe un tal José Alfredo.


Cuadro :Vendedora.Diego Rivera







3 comentarios:

  1. ¡Qué buen post...!!! Perfectamente documentados los personajes de la letra y con dos versión de la misma canción.
    Como sé ve, esto como la literatura, el motivo no importa tanto como cómo se cuenta.
    Decía Cela que alguien le pidió un consejo para escribir una novela y le dijo: Te regalo un paquete de folios y el argumento: "Un hombre y una mujer se aman". Sólo te queda sentarte a escribirla.

    ResponderEliminar
  2. Amigo, la Literatura son palabras mayores, aunque hay que reconocer, que existen virtuosos capaces de hacer un obra maestra de una frase.

    Esto me recuerda la eterna pugna de Góngora y Quevedo, lo que se escribe y como se escribe..

    En cualquier caso, un libro es un ser con identidad propia, vivo.

    Paul Valery decía que : 'Los libros tienen los mismos enemigos que el hombre: el fuego, la humedad, los animales, el tiempo y su propio contenido.'

    ResponderEliminar
  3. Las letras de Los Secretos, las de Enrique, son quizás el mejor exponente de lo que significa un gran compositor. Tras su muerte he procurado conseguir todos sus discos, al margen de Los Secretos, y no tienen desperdicio.
    Es triste que esa melancolía innatala, que tanto le ayudó a la hora de componer, le permitiera derivar a un estado de ánimo en el que no sintiera ni el más mínimo aprecio por seguir viviendo.
    Salud.

    ResponderEliminar