lunes, 29 de enero de 2007

Zapatito de cristal




Cenicienta representa el mito de la crueldad en su grado extremo.
Más allá del final feliz del cuento, se nos abre como la posibilidad de alcanzar la felicidad, en su microcosmos perfecto, irreal, onírico, con todo tipo de ventajas, con todos los obstáculos vencidos, con la falsa ilusión de un Trompe l'Oil.
Pero siempre hay un pero, una condición que de un brusco manotazo te devuelve a la realidad.
Las campanadas de un reloj, que marcan las doce, las circunstancias de la vida, los acontecimientos imprevistos...todo lo recreado con cuidado y mimo vuelve a ser la rutinaria calabaza de nuestra existencia.
Nos queda el recuerdo, el anhelo de lo que fue, conformarnos con pensar, que llegamos a rozar la felicidad;deleitarnos al contemplar ese zapatito de cristal que viudo nos acompaña, después de perder a su compañero en la escalinata de los sueños rotos.



Foto superior:Anna-Lou Leibovitz.

4 comentarios:

  1. Que razón tienes, además de lo humillante situación en la que un zapato decide tu destino, que no es otro que pasar a vivir en una jaula de cristal.

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  2. Puede ser Raúl..quizá a la cenicienta del cuento, le hubiera ido mejor sin encontrar el otro zapato...
    A veces, nos empeñamos en imposibles,sin saber si son tan maravillosos como nos empecinamos..en creer.

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  3. el recuerdo es igual de bello ... también una cárcel

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  4. El zapato de cristal no parece muy cómodo, prefiero mis botas XD.

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