Muchacha imperfecta busca hombre imperfecto
de 32, exige lectura
de Ovidio, ofrece: a) dos pechos de paloma,
b) toda su piel liviana
para los besos, c) mirada
verde para desafiar el infortunio
de las tormentas;
no va a las casas
ni tiene teléfono, acepta
imantación por pensamiento. No es Venus;
tiene la voracidad de Venus.
Enigma de la deseosa.
Gonzalo Rojas.
Foto:Perry Gallagher
Para este hombre imperfecto es un placer visitarte. ¿Importa si en lugar de leer a Ovidio me balanceo entre Galileo y Beethoven, entre Darwin y Rachmaninov?
ResponderEliminarHe encontrado unos versos que definen perfectamente este armónico cosmos que creas día a día. Mi más cálido abrazo.
"Ver un mundo en un grano de arena
Y un cielo en una flor silvestre
Sostener el infinito en la palma de tu mano
Y la eternidad en una hora."
William Blake
No hay problema en cambiar las lecturas.
ResponderEliminarLos versos de Blake: impresionantes.
Gracias por tu visita jose.
recibe otro abrazo de mi parte.
Hola que tal! He explorado tu sitio y me encantó, sobre todo lo de Sabina y Calamaro!! La verdad has hecho buen trabajo!!
ResponderEliminarYo tengo un blog de Poemas de mi autoría y me gustarias que pasaras a verla y si no tenés objeción ponerte como enlace porque supongo que como a mi me ha gustado, otros también querran apreciarla!
http://poemaschristianos.wordpress.com
Un gusto!.
Christo.
Claro que no me importa que me enlaces, la poesia, tiene que estar con la poesia.
ResponderEliminarMiré por encima tus poemas y parecen muy claros, directos, ahora estoy muy liada, pero pasaré de nuevo con calma por tu blog.
un abrazo.
Exige muy poco para tanto ofrecimiento esa muchacha... Aunque, bien mirado, exige mucho para sostener esa mirada, merecer esa piel y apagar la voracidad.
ResponderEliminarBufff...
No creas que todos los hombres leen a Ovidio Fernando y lo que mas raro resulta aún es que no tenga teléfono, con los tiempos que corren.
ResponderEliminarun abrazo.
Ovidio no, pero otros clásicos...
ResponderEliminarY algunos lo solemos llevar apagado (con consiguientes broncas).