Desde que en 1120 circula la historia de "Tristán e Iseo'(Isolda es el nombre que popularizó Wagner en su opera) por el norte de Francia, son numerosisimas sus versiones, donde su protagonista toma distintas personalidades.
Me quedo con el cuento del trovador anglonormando: Béroul, que nos narra como Tristán viaja a Irlanda para traer de regreso a la rubia Isolda, con el fin de desposarse con su tío el Rey Mark. Durante el camino, ingieren accidentalmente una poción de amor que los hace enamorarse desesperadamente durante tres años.
Aunque Isolda se casa con el Rey Mark, ella y Tristán están forzados por la poción para encontrarse y cometer adulterio, haciendo posible su apasionado romance.
Lejos de estar avergonzado, como integro noble medieval ,la poción del amor que los controla, libera a Tristán y a Isolda de esta responsabilidad.
De este modo, Béroul los representa como víctimas.
Los consejeros del rey intentan juzgarles por adulterio, pero, una y otra vez, la pareja se vale de trucos para preservar su inocencia. Finalmente, el efecto de la poción se termina y los dos amantes están libres de continuar.
Bordeando lo cómico, esta historia de encargos "no cumplidos" me recuerda al guión de la genial película de Shrek , salvando las distancias estéticas entre los simpáticos amantes-ogros y la delicadeza estética de los personajes celtas.
Y mucho mas en la idea de víctima romántica, en vez de adultero culpable, es la que toma Richard Wagner para su obra maestra: Tristán e Isolda. ( De la que os dejo abajo el Preludio y cuyo final es bastante mas trágico).
Delicioso destino de ambos amantes, condenados a quererse bajo el embrujo de una pócima.
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"Porque si tengo un héroe, un amante, un caballero, una beldad masculina, ése es Tristán."
Lienzo de Lord Frederic Leighton.
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