"No soy lo bastante rico para amarte como quisiera, ni tan pobre como para que me ames como quisieras... Tu corazón es muy grande para no entender esta carta y tu inteligencia demasiada para no perdonarme."
Alphonsine Plessis, era el verdadero nombre de la dama que conquistó al escritor y que le inspiró una de sus mas famosas novelas: La Dama de las Camelias.
Esta hermosa mujer, cuando llegó a París se hizo llamar Marie Duplessis.
Empezando como modista, su belleza le llevó a tener numerosos amantes que la colmaban de una vida de lujo y capricho.
Su ropa era elegantisima y se rodeaba de flores, pero como el perfume de las rosas le mareaba, el servicio ponía camelias sin olor por todas las estancias de su lujosa casa.
Marie era una consumada pianista,leía y comentaba los libros de su amplia biblioteca con sus numerosos amigos.
Ella admitía que su único defecto era decir mentiras.
Cuando Dumas la conoció tenia relación con el conde de Stackelberg, un hombre mayor.Cuando se reunía en secreto con el escritor, decía a Stackelberg que estaba con su amiga Zélia.
Lo que ambos no sabían era la existencia de un tercer amante:el conde de Perregaux.
Aunque todos los hombres que pasaron por su vida, reconocieron su corazón de oro, ella parecía necesitar ir de un hombre a otro, "obsesionada por el deseo de paz, tranquilidad y amor", según las palabras de un crítico de la época.
Dumas salió muy perjudicado de esta angustiosa relación, incluso endeudado.
Pero aun así, en lugar de ser amantes, continuaron su amistad como dos buenos amigos del alma.
Después de Dumas, Marie estuvo un tiempo con el músico Franz Liszt.
Luego,en 1846, aceptó una sorpresiva oferta matrimonial del conde de Perregaux, el matrimonio duró poco, Marie estaba muy enferma y el proceso de su tuberculosis muy avanzado.
Murió a los 23 años durante un carnaval ,en febrero de 1847.
La novela de Dumas recrea la historia cambiando algunos acontecimientos, Marguerite Gautier renuncia a su lujosa vida parisina para vivir en el campo con su joven amante, Armand Duval. Su idilio es interrumpido por el padre de Armand, ella renuncia a este amor, por el bien del joven y le engaña volviendo a su vida parisina según ella, detrás de otro amor.
El cine nos dejó la lánguida imagen de una impoluta mujer de tez blanca interpretada por Greta Garbo en Camille.
Por último encontramos la sublime recreación de la historia, en "la Traviata" de Verdi.
Muy intensa debió de ser la vida de esta "perdida de lujo" para inspirar historias tan inmortales.
Os dejo la canción de Addio del passato interpretada por Anna Netrebko
Es imposible indisociar (y eso que no soy muy dado a ello) a la divina con la Gautier.
ResponderEliminarDe todos modos, nunca he tenido claro si es mejor vivir 23 años de esa manera que otros muchos con menos intensidad. Suelo valorar por encima de otras muchas cosas la inteligencia, incluida la emocional.
Compartimos la misma duda...¿Cantidad o Calidad? aunque no sé si en muchos casos, la intensidad de estas apasionantes vidas cortas, son sinónimo de calidad.Puede que si lo sean de libertad de actuar en cada momento.
ResponderEliminarEs curioso pero ahora me doy cuenta de que llevo ya numerosos post de vidas intensas pero cortas: Jean, Isadora..Pedro Junco, otras no tan cortas pero igual de trágicas o desoladoras: LaTirana , Mata-Hari , la judía Raquel o la llorona¿Será un deseo traicionero del subconsciente?