lunes, 28 de enero de 2008
- Abarrotado -
Todo Madrid se concentró la mañana de ayer domingo en el Parque del Retiro.
El clima se ofreció propicio y el deseo de pulular entre árboles y estatuas invadió a todos los madrileños.
Me encuentro, contrariada,ya que la exposición de Miguel Macaya, esta cerrada temporalmente de 12:00 a 14:30 por problemas técnicos...¡Ya es fatalidad! habrá que pasarse otra mañana por la Casa de Vacas, me ilusionaba ver sus enormes lienzos de caballos y cebras.
Por lo demás, todo bien, el gentío no es bullicioso, convive gratamente con los patinadores y los puestos de marionetas y títeres.
La nota melancólica la pone este pequeño osito, abandonado en el arbusto, seguramente, caído del cochecito o las manos de su dueño ¡parece tan desvalido!.
Lucen Hermosas, estas especie de escarolas moradas, que decoran los parterres del Paseo de las estatuas ¡da gusto ver tal colorido floral en el mes de Enero.!
En esta visita puse especial atención en la fuente Monumento a la República de Cuba.
Sus animales -exóticos- me conquistaron, tanto como el lánguido sol o el incomparable azul velazqueño que sobrevolaba sus pálidas esculturas.
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Envidia de enero, de Parque y de mañana...
ResponderEliminarDan ganas de quedarse ahí, mirando.
Bueno,bueno Fernando, envidia relativa, por arriba, por Bilbo tampoco podeís quejaros de tiempo y escenarios.
ResponderEliminarArte: el que quieras,
Paseos: seguro que mas verdes que en los madriles.
y fotos:
¡Ya qusiera yo para mi, hacer unas buenas tomas desde el Puente Colgante!.
Desde aqui, como que me pilla un poco lejos.
Saluditos.
Memorable paseo dominical. Me quedo admirada del azul de ese cielo, por aquí creo que no lo he visto ni en día de verano.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Lucia, como a Fernando te digo, que seguro tienes algo en tu ciudad que yo no tengo.
ResponderEliminarAqui en Madrid, hay mucho ruido y mucha contaminación pero el cielo, el cielo permanece inmutable.
Dicen que su fama viene, de que es un reflejo que proyecta la sierra de Guadarrama, o algo asi, lo cierto es que demasiado hermoso luce para lo que la contaminación le enturbia.
Asi nos queda, poder al menos asomarnos a la ventana y perdernos en su turquesa.
Un prodigio de la naturaleza.
Un abrazo.