martes, 24 de junio de 2008

Apriétame un poco mas...





¿Quien no recuerda a Scarlata, asida al dosel de su cama,y a su ama pidiéndole que guardará la respiración para restar unos milímetros a su cintura?
Pero aun peor es ,cuando después de tener su primera hija con Buttler, la misma escena y la imposibilidad de alcanzar los mismos centímetros, le hacen recapacitar y decidir, que no tendrá mas hijos por no ver perjudica la medida de su cintura.





Le acompaña el corsé, como acompañó a miles de mujeres, desde la época de las grandes monarquías europeas y el llamado periodo Napoleónico.

Se dice del corsé, que elevaba los senos y dibujaba una cintura de avispa, perfilando unas redondeadas caderas; aunque lo cierto, es que no dejaba de ser una tortura permitida por muchas féminas con el fin de aparentar una figura inexistente.

Pero no solo era una apariencia transitoria, en algunos casos, su continuo uso llegó a modelar anatomías que rozaban lo absurdo, como es el caso de Cathie Jung, que ha llegado a medir 38 cm de cintura, usando corsé 24 horas al dia durante 20 años, una autentica aberración que os aseguro que no estan retocadas con photo-shop



También curiosidad inexplicable, los ejemplares de corsé que hierro que se han exhibido en algunos museos y de los que no se sabe con certeza su uso pues parece imposible que mujeres reales pudieran condenar sus cuerpos a semejante tortura.



Pero no todo es frikismo y así podemos disfrutar de esta prenda lucida por algunas estrellas de cine que le confieren sensualidad, mirad sin reparo en esta recopilación de iconos del glamour.













De su lado fetichista, podemos agregar, que se relaciona con la sumisión y dominación B&D,tanto como objeto de culto como de prenda obligada para el sumiso con el fin de causarle incomodo.



La prenda ha evolucionado sin duda, llegando a perder algo de su contenido erótico, sobre todo cuando es captada por grandes multinacionales y puede llegar a venderse como una cómoda indumentaria deportiva.


Lo mas gratificante de este pequeño paseo por la polémica prenda es que ahora se usa por placer, no como una necesidad impuesta por las modas y costumbres.

Ahora, apretar o solar cordoncillo está en manos de una misma, en la misma medida en que decidimos parecer esas irreales muñequitas lindas.





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