La muestra fotográfica PhotoEspaña 08. de W. Eugene Smith, en el Teatro Fernan Gomez, es una cita obligada para el verano madrileño.
Apesar, de que su foto quizá mas conocida, fue la del Ché muerto, como testimonio visual de valor incalculable, Smith despliega sus trabajos abarcando muchos ámbitos y muchos colectivos.
Fotografió "la Guerra", la de 1945 y la Civil española.
Se perdió por rincones rurales para tomar esa instantánea casi pictórica de la España mas profunda.
Va así recopilando sensaciones muchas veces de dolor, pero otras de esperanza.
Quisiera detenerme de un modo especial en los trabajos que realizó sobre la catástrofe de Minamata.
Mucho hay que lamentar de las desgracias tipo Chernobil o la bomba atómica.
Nunca son justificables, ni siquiera por errores humanos, pero aun es mas aberrante cuando se trata de una negligencia, sabida y reiterada por fines económicos.
En 1956, en la ciudad de Minamata (Japón), comenzaron a aparecer personas con extraños síntomas como falta de coordinación y sensibilidad en manos y piernas, perdidas de visión y audición y, en casos extremos, parálisis e incluso muerte.
En un principio, se creyó incluso que era una epidemia, por lo que se aisló a la población.
Muchos años después, se supo que el causante de estos daños irreversibles era el pescado y el marisco contaminado de mercurio, mercurio procedente de los vertidos irresponsables de la Empresa Chisso.
Este mercurio había entrado en la cadena alimentaría, contaminando a los peces y otros animales que formaban parte de la alimentación de los habitantes de Minamata.
Smith, supo plasmar todo el drama en una foto que dió la vuelta al mundo: El baño de Tomoko, una Piedad particular, con una victima del mal de Minamata, una madre que sostiene a su hija muerta, donde el juego del blanco y negro aumenta la tragedia, la marca y delimita.
Para mi es la mejor muestra de este terrible acontecimiento, aunque por su crudeza, muchas reseñas la omiten, me resulta también significativo que a pesar de aparecer en la exposición, en el catálogo se prescindió de la imagen.
Hay mucha impotencia en los rostros de Smith, como el doctor que encabeza nuestro post, derrotado tras perder a sus pacientes.
Hay mucho dolor contenido, pero también hay vida, la vida que se muestra en su serie de comadronas.
Sin duda un canto a la vida y a la muerte, al ciclo natural captado por su objetivo.
Las fotografías permanecerán expuestas al público desde el 4 de junio hasta el 27 de julio.
viernes, 27 de junio de 2008
El objetivo y el mercurio.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario