Señor, dígale a su esposa,
que tanto y tanto le quiero
que solo con verle goza
mi corazón romancero.
Señor, dígale esta noche,
cuando de cerca la vea,
que el amor que ella derrocha
de usted, ¡para mi quisiera!.
Señor, le pido le diga,
que es tanto lo que le quiero
que mientras esto prosiga
por usted, de pena muero.
Señor, dígale al oido,
que ella sola no le quiere
que es un amor compartido,
partido entre dos mujeres.
Mejor...no le diga nada
y no piense mal de mi,
estar de usted enamorada
es una mala pasada
que me ha tocado vivir.
Poema inédito(Amores Profanos, 1981)
Aprendiz de primavera
No hay comentarios:
Publicar un comentario