"Esto es lo que te da tu fuerza: Tara;
algo que amas mucho mas que a mi: Tara, la tierra roja de Tara."
La frase que golpeaba a Scarlatta, tendida en la lujosa escalera de su mansión, cuando creía todo perdido, es la mejor presentación para la tierra roja del pueblo segoviano de Madriguera.
Cuando los últimos rayos de sol, se resisten a apagarse, estrellan su chorro de luz en la tierra roja de este rinconcito, ya bastante menos aislado y abandonado de lo que unos años fue, un recinto privilegiado, remanso de paz.
Por hace algún tiempo, fue el refugio de numerosos políticos, escritores, actores, músicos... todos ellos reconstruyeron las casas rojas convirtiendo los viejos aposentos en edificaciones encantadas, equilibradas, de cuidadas decoraciones y con todas las ventajas de las comodidades modernas.
Pero todo tiene su fin y su límite y la voz se corrió y el pueblecillo se llenó de curiosos de pantalón bermudas y cámara en mano y se rompió el hechizo.
Sus silenciosas calles se llenaron de bulliciosos visitantes, en busca de algún famoso y nada volvió a ser igual en el pueblecito de arcilla y piedra férrea.
No resignada, aun pude encontrar algún momento de recogimiento y recobrar el pueblo para mi.
Al caer la noche, cuando no se distinguen los últimos fulgores del sol, de los relampagueos de las farolas, Madriguera desnuda su antiguo espíritu abandonado y regala sus calles silenciosas, sus casas encantadas y la fuerza de su tierra roja.
Lo que me hace reflexionar, al hilo de Scarlatta, que todas las cosas tienen su esencia, a pesar de los cambios y los avatares y solo con empeño y constancia, podremos recuperar lo que considerabamos perdido.
Seguro que Madriguera,continua manteniendo ese duende que inspira a artistas como tú y allí encuentran el rincón de sosiego, frente a una chimenea, o bajo un ventanal luminoso... Querida,¿pasaste por The Missing Peace? Si no es así que sepas que aún te espera para sorprenderte. Besos
ResponderEliminarhttp://www.revistaviajar.es/Agenda/The-Missing-Peace-el-02-2009-74682.html
Tengo pendiente la visita, sobre todo, cada vez que paso por plaza de Castilla y me sorprendeel cartel y lo rojo de la niña que no te quita los ojos de encima.
ResponderEliminarA ver si encuentro un ratito.
un abrazo.