El Botánico.

Pidiendo permiso a las nubes, que pasean sobre el cielo azul de Madrid, me lanzo cámara en mano, al Real Jardín Botánico. Entre ellas, algunos rayos de sol se escapan regalándome perfectos juegos de luces, para admirar tan hermoso lugar. Las últimas lluvias también han contribuido reventando verdes que coquetean con los últimos tonos amarillentos y ocres que se resisten a morir. Llegué a tiempo, solo unas semanas mas, y el viento o la nieve hubieran terminado desnudando las ramas. dejando solo, la perpetua perennidad de las pináceas. Empiezo el recorrido..me asombra un pino llorón del Himalaya..sus graciosas ramas parecen adornos navideños, 50metros y 23 años.¡No esta mal!. Impacto estético: ante mi, un tronco negro , muerto..deja nacer ,casi con desvergüenza, unas hojas de un verde insultante..me sonrio al acercarme y ver : Arbol del Amor..no podía ser de otra manera..el amor siempre renace de sus cenizas. Prosigo..el espíritu de Dafne me regala sus hojas., hermoso laurel. De belleza casi oriental..unas grandes dalias, adornan estos días fríos , tan cercanos al invierno, son de las pocas flores que la estación permite. La exuberante huerta, (en pleno centro de Madrid) luce coles, calabazas y otras orgullosas verduras de invierno. Me encuentro ahora con un veterano, una sequoia de 100 años. Un acebo, me trae la cercanía de la Navidad, de modo mas hermoso, que tanto ritual comercial Se va acabando el recorrido, dura casi una hora, no puedo por mas que detenerme ante el magnífico Arbol del Hierro, 14 metros y 85 años. Es un alarde de tonos amarillentos. Esto se termina..tendré que volver otro dia con mas detenimiento y en otra estación del año. Antes de irme, contemplo la bella escultura , visitante permanente, que cuida día y noche del Botánico

¡Buena iniciativa tuvo , alteza Carlos III!.

El Botánico.