Solo el ingenio de Thomas Keeley puede calma los nervios con un chupete de Lexatin.
Entre sus obras se puede hacer realidad que un regimiento de personas te limpien los dientes cada mañana, o que te peinen mil dedos.
Claro que también puedes optar por sentarte en las fauces de un tiburón o la lugubridad de un murciélago.
Es indudable que cualquier reunión de trabajo, acabará bien , si cada una de las partes negociadoras cuentan con estas agendas condenadas a entenderse.
Y de todas estas creativas ideas me quedo con la métafora de la vista y el oido:
Buena pupila para la cámara de fotos:
Y Buen oido para escuchar el partido los domingos.
En este enlace podréis saber mas de Thomas Keeley.
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