lunes, 9 de abril de 2007

Están muertas...


No se puede atrapar el amor. No se puede encerrar en una cuidadosa urna de vidrio.
Aunque con la mejor de nuestras intenciones construyamos la mejor de las guaridas para conservarlo e incluso ocultarlo..no se puede contra la voluntad del ser amado.

Se reían de Freddy Clegg , triste oficinista, porque coleccionaba mariposas.
El azar le proporcionó el medio para hacer realidad sus sueños. Pero no se puede encerrar a la joven estudiante de arte :Miranda, como a una mariposa, por muy acondicionado que esté el refugio.
El director de esta fascinante película: El coleccionista (1965),es el gran William Wyler , que consigue crear un climax de axfisiante ambiente, en el que se trastocan los personajes para confundir al espectador.
Porque en todos nosotros hay una parte oculta de deseo y obsesión por lo aquello que no podemos tener y una inconfesable tendencia a poseer lo prohibido.
Por eso, nos sentimos mas cerca de Freddy y de su esfuerzo por complacer, por hacer ver a su amada lo bueno que puede ser para ella.
Al contrario, la exposición de la psicología de los personajes, nos hacen ver en Miranda un ser casi cruel que no da ocasión a ese entendimiento, esa incipiente relación.
Es inevitable encontrar un cierto paralelismo con el enfermizo Norman Bates de Psicosis, en cualquier caso, son obsesiones amorosas, que se han representado ampliamente a lo largo de la historia del cine y que se pueden relacionar con otros films de psicópatas enamorados como Misery , Atracción fatal o el extremismo de El silencio de los corderos.

La novela original es del novelista británico
John Fowles, magnifico narrador de conflictos psicológicos.Ya tuvimos ocasión de ver otra de sus obras en mi post de la Mujer del teniente Francés, de la que también es autor.

..¿De que sirve algo que está muerto?
ni el angustioso grito de la joven hará despertar a Freddy de su sueño obsesivo.
Después de un sueño acabado... siempre comienza otro.





...Nadie que haya vivido en un calabozo como este, podría comprender cuán absoluto es el silencio aquí abajo. Ni el más leve ruido, como no lo produzca yo. Por eso me siento tan próxima a la muerte. Enterrada. Ningún ruido exterior que me ayude a estar viva. Con frecuencia pongo un disco. No es para oir música, sino para oir algo.


John Fowles
El coleccionista (fragmento)

2 comentarios:

  1. Cierto, la belleza muerta no es belleza, siempre me han parecido siniestras las exposiciones de animales muertos.
    Un abrazo amiga, me gusta tu cambio de look.

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  2. Gracias Rául.
    lo mas terrible, sin duda alguna de estas colecciones, es la imagen del alfiler atravesando el fragil cuerpo de la mariposa.
    Un sadismo injustificado y muy lejos de la belleza.
    un abrazo.

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