Cuando Ulises se vió obligado a partir hacia Troya, atrapado por el juramento que el mismo ideó dejó a Penélope esperándole durante veinte años, resistiéndose a todos sus pretendientes.
Estos se instalaron en el palacio de Penélope, codiciándola tanto a ella como a las riquezas del héroe.
Para obligarla a decidirse por uno de ellos, celebraban banquetes con los que estaban dilapidando las arcas del país. Penélope, para ganar tiempo, comunicó que elegiría marido el día que terminase de tejer un sudario para su suegro, Laertes.
Se pasaba el día tejiendo, pero por la noche deshacía el trabajo del día.
Durante tres años les entretuvo con esta idea, hasta que una criada la traicionó.
Cuando Ulises regresa a Ítaca, después de matar a los pretendientes, ella no le reconoce hasta que él le relata detalles sobre su noche nupcial que sólo ellos conocen. Después Atenea alarga la noche para que los esposos puedan disfrutar de su mutua compañía.
Lo que no adivino es si Ulises le contó a su fiel esposa, que estuvo siete años en los brazos de la ninfa Calypso.
Calypso and Odysseus.Erich Von Kugelgen.
Después de que su nave naufraga,Calipso le recoge en la isla de Ogigia, le lava y cura sus heridas dulcemente. Ulises se deja hacer. Calipso lo retiene en aquella isla alejada del mundo durante muchos años. Le ama y aspira a conservarle eternamente.
La buena conciencia, los dioses o su aburrimiento hacen a Ulises elegir y regresar con Penélope.
Calipso tiene que aceptar resignada.
Dos mujeres de nuevo sufren por un hombre, las dos lloraron su ausencia y las dos disfrutaron de su amor, solo que en distintos tiempos.
Me estas recordando ahora mismo la canción..
ResponderEliminar"Como se puede querer a dos mujeres a la vez, y no estar loco"..
Un abrazo.
Isla de Ogigia
ResponderEliminar(Calipso y Ulises)
Al lejano horizonte infeliz miras.
Por la playa das serias caminatas.
En paseos sin fin el tiempo matas.
Melancólico al mar maderos tiras.
Mis sinceros abrazos son mentiras
Para ti. Hoy de mi alma te desatas.
Me sonríes sereno y aunque tratas
De agradarme, si beso, tú te giras.
Te salvé del naufragio y agradeces
Mi isla dulce con lánguida acritud
Recordando a tu esposa y tu arco.
Sea pues, si mi casa no mereces.
Dime adiós y navega hacia la luz.
Puse odres y abastos en el barco.
Elio Milay