Los brazos de María Luisa.

Dicen que estaba tan orgullosa de sus brazos, que todos los diseños de sus vestidos, tenían especial cuidado en dejarlos al descubierto.
Brazos torneados y turgentes, quizá para muchos, lo único bello que quedó de una mujer estropeada por los 24 embarazos que tuvo y que la dejó deformada y sin dientes.
Porque María Luisa de Parma, quedó desdentada también...aunque un maravilloso Antonio Saelices de Medina de Rioseco, le hizo una dentadura postiza tan perfecta, que hasta la misma Josefina, esposa de Napoleón, quedo admirada de la perfección de las piezas.

Hay demasiadas leyendas sobre su promiscuidad, su modo de manipularlo todo he incluso que ninguno de sus hijos eran de su marido.

Lo más popular, es su rivalidad con la Duquesa de Alba, sus celos por Goya y su relación con Godoy, del que dicen que fue amante.

Por los retratos, conocemos a María Luisa.
Los primeros, son amables y muestran a una muchacha actractiva y llena de vida.

Lo podemos ver en la fuerza que tienen sus ojos, en estos dos retratos que le hizo Anton Mengs.






Como os digo, pronto la maternidad comienza a deteriorar su aspecto físico y ya a las 37 años, vemos una mujer bastante demacrada y desmejorada. El retrato es de Salvador de Maella.



En este otro, ya se nota la falta de piezas dentales, dicen que aprendió a hablar y mostrarse sin abrir mucho la boca, hasta que pudieron hacerle la dentadura.
El cuadro es de Francisco Folch de Cardona.



Pero es sin duda el pincel de Goya el que logra sacar toda su personalidad, su pose y su actitud dominante y poderosa.














En uno de ellos, la podéis ver vestida con el uniforme de Coronela de Guardias de Corps sobre su caballo Marcial,regalo de Godoy.



Cualquiera de los retratos, hablan por si solos. En todos ellos la encontrareis con los brazos descubiertos y un abanico en su mano.

Hoy 2 de Enero del 2009 se cumplen 190 años de la muerte de María Luisa de Parma.