Hoy el articulo de el País "Traseros Irritados", de Vargas LLosa, nos sumerge en el fetichismo del "azotito".
Considerado o no vicio o degeneración, el arte de dar y recibir azotes, es sin duda un terreno personal, solo limitado por el gusto y la voluntad de los interesados.
El germen de esta lectura, nace de la difusión de un vídeo de ambientación nazi, donde cinco hermosas mujeres, azotan a un mas que contento receptor.
No sería notable de no ser porque el protagonista es el señor Max Mosley, apuesto sexagenario británico, hombre de sociedad y de fortuna, con estudios en Oxford, título de abogado y presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA).
Lo curioso: ha sido el vídeo mas visto en toda la semana pasada por los británicos.
y según el autor recuerda: de eso saben bien los Británicos.
"Desde el siglo XVIII, en la literatura francesa se llama al sadomasoquismo el "vicio inglés". Y, en efecto, en la literatura erótica victoriana -que existió y fue profusa, aunque usted no lo crea-, los azotes están siempre a la orden del día, y por eso es tan aburrida y tan pobre comparada a la francesa".
Me quedo con una increíble reflexión sobre la afición a ser azotado que deduce Vargas LLosa:
"A mediados de los sesenta, cuando yo llegué a vivir a Londres, acababan de prohibirse los castigos corporales en los colegios -el famoso cane o palmeta o varilla- y, en la polémica que la medida provocó, sesudos psicólogos y psicoanálisis sostuvieron que una consecuencia inesperada de aquellos azotes que recibían los alumnos de las escuelas era la posterior adicción sexual al castigo (recibido o infligido) de muchos de ellos".
Esto nos lleva a la conclusión, que ya apuntaba Freud, que todo recuerdo o costumbre reprimida, se queda ahí, en el subconsciente, esperando brotar con fuerza y con un sentimiento de añoranza y necesidad.
Teoría por otro lado, que explicarían aptitudes como la de Deneuve en Belle de Jour o la Rampling en Portero de Noche: mujeres nostálgicas de situaciones tabú o traumáticas dentro del terreno sexual.
Daños (¿?), necesarios y deseados por esa incomprensible psicología humana.
Son cosas diferentes: la fantasía o juego sexual del "azote", la búsqueda del descuento (caricia negativa) y la sumisión enfermiza o destructiva sadomasoquista. Uno por tabúes y otros por complejos son más fáciles de tratar en el campo del cine o al literatura, es la grandeza del arte, indagar en el "alma humana".
ResponderEliminarComo bien dice el artículo cada cual es libre de vivir sus fantasias y su intimidad, siempre que se esté deacuerdo con el otro y no se traspasen los limites del mutuo entendimiento y el respeto.
ResponderEliminarLas otras derivaciones sadomasoquistas, que pueden llegar a ser auténticas patologías, dejémoslas para los psiquiatras y psicoanalistas.
Un abrazo, amigo.