Cualquiera de los retratos de Gary Salter, ya sean colectivos o individuales, no dejan indiferente.
En ellos, conjuga a la perfección la realidad con el toque humorístico, envueltos en una atmósfera artificial, que acaba convirtiéndose en cotidiana.
La foto que encabeza el post, bien podría titularse: rockeros jubilados, o el equipo "tercera edad", que en el vestuario, despliega un toque de hilaridad finamente acorde a unos colores vitalistas y nítidos.
Todos sus modelos son personajes variados y heterogeneos, como el solitario predicador de pingüinos que saborea un té en la lejanía del Ártico.
O la presencia en alta mar de lo que podría ser la cola de una ballena...pero todos sabemos lo que realmente es.
Retratos de niños, mujeres entraditas en kilos frente al mar, siesta después del super o paradojas de la clase alta comiendo fast-food, son mas de los divertimentos que podemos encontrar en su portfolio.
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