¿Vuelve el polvo al polvo? ¿Vuela el alma al cielo? ¿Todo es sin espíritu, podredumbre y cieno? No sé; pero hay algo que explicar no puedo, algo que repugna aunque es fuerza hacerlo, el dejar tan tristes, tan solos los muertos.
Gustavo Adolfo Bécquer
Gustavo Adolfo Bécquer
La relación entre la muerte y el romanticismo era un hecho aceptado, aunque a algunos como Bécquer, se veían asaltados por las dudas, era mayor el poder del misterio que encerraba todo lo que envolvía este acontecimiento.
No en vano es el único hecho, que sabemos tenemos seguro, y del que nunca se quiere hablar; lejos de tomarlo como el final de un ciclo, el hombre no está preparado para asumir su muerte, ni mucho menos la de sus seres queridos.
Hoy descubro similitudes sobre el tema, primero en un magnifico artículo recogido en la noche de los puentes, segundo en un grupo de fotografías de Flickr: Cementerios y sensualidad que ha recopilado las mas hermosas esculturas conmemorativas sobre el tema.
Este no es un post lúgubre, es una mezcla de la sonrisa de los epitafios y la hermosura del mármol labrado.
El meditado paseo por estas ciudades del silencio, es un ejercicio que a menudo realizo, y puedo sentir, que entre los pasillos y las tumbas hay amor, hay verdaderas muestras de amor; se puede palpar en cada sílaba grabada, en cada mirada de los ojos sin órbitas de sus figuras.
Sirva de alusión para el recuerdo, mi paseo junto a los compañeros del silencio y otras metáforas sobre la parca, al fin y al cabo también perder un amor, es morirse un poco.
Me he gustado muchisimo esto blog. Poco a poco me voy leer a otros posts.
ResponderEliminarmuchas gracias por tu comentario dmenol.
ResponderEliminarMagnífica colección de fotografías, nada lúgubres y sí muy sensuales.
ResponderEliminarCon razón, lo sensual, se acerca tanto "a tocar el cielo".
ResponderEliminarSi la muerte no es el final, está bien que lo sepamos (y valga la redundancia), al final. De lo contrario, algunos cruzarían esa puerta hacia la otra vida... quitándose ésta.
ResponderEliminarY es impresionante, lo elocuente que puede ser el silencio de un cementerio.
Pues si Sergio, pero es dificil convencer a cualquiera de lo intrascendental de la muerte.
ResponderEliminarSupongo que es por el apego que tomamos a todo lo de este mundo, asi no hay modo de ilusionarnos con otro futurible e incierto.
Hay silencios, que no precisan palabras para ser oidos, ser respira en el aire el suspiro, la añoranza y la pérdida.
Parece quedar todo el sentimiento junto, en la quietud de tanta tumba, como una corriente invisible de sensaciones.
Me ha encantado el segundo párrafo de tu último post. Podría decir que "está de muerte", pero no quiero estropearlo ;-)
ResponderEliminarJe,je, dilo, dilo, es un irónico juego de palabras.
ResponderEliminarAl fin y al cabo este blog es para que todos charlemos y pasemos un rato divertido no crees?
un abrazo.
Totalmente de acuerdo. Echarle humor a lo más solemne le quita hierro, y nos ayuda a relativizarlo.
ResponderEliminarDemasiadas veces nos obligan nuestras profesiones a interpretar papeles serios, como para que hagamos horas extras ;-)
Un abrazo nocturno.